Quizá Dios quiera
que conozcas mucha gente equivocada
antes de que conozcas a la persona adecuada,
para que cuando al fin la conozcas,
sepas estar agradecido.
No llores porque algo se terminó,
sino sonríe porque sucedió.
Siempre habrá gente que te lastime,
así que lo que tienes que hacer es seguir confiando
y sólo ser más cuidadoso en quien confías dos veces.
Conviértete en una mejor persona
y asegúrate de saber quien eres
antes de conocer a alguien más
y esperar que esa persona sepa quien eres.
No corras mucho,
las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas